15 may 2016

MONEDAS ESPECIALES



Comentaba el año pasado en este mismo blog (“Monedas”) que las monedas ejercen una atracción sobre todos nosotros que nos lleva a ir guardándolas como recuerdo de los países que vamos visitando.


Los hay que van más allá y convierten su afición en algo que sobrepasa el mero guardar monedas; los que ya las clasifican, las organizan, las coleccionan por fecha, procedencia, valor… : los numismáticos.


Pero en esta ocasión no quiero incidir en esa dirección, sino –quizás volviendo en cierta manera al artículo originario de este tema- en la belleza de cantidad de monedas que, si bien son difíciles de encontrar de una manera cotidiana, están a nuestro alcance si somos capaces de navegar por la Red y acceder a distintas páginas web que las ponen a nuestra disposición.



Lo llamativo del tema es que, tratándose de monedas de curso legal, están acuñadas generalmente en plata, lo que aumenta su valor, y están casi exclusivamente dirigidas al mercado coleccionista. Y lo más curioso: los países emisores que acuñan las monedas en cuestión son en su gran mayoría pequeños países, prácticamente desconocidos (Benin, Palaos, Islas Cook, Togo, Tristán de Acuña, Niue, …) que son difíciles de encontrar en los mapas y que fundamentan una gran parte de su economía en estas emisiones numismáticas.


Los hay también grandes países, como China, en los que la emisión de nuevas monedas de la serie Panda da lugar a grandes colas ante los bancos el día de su emisión para hacerse con las novedades del año.



Lo que no se puede negar es la belleza de las monedas que emiten: desde colecciones en las que priman el amor a la naturaleza y su preservación, a las colecciones en las que se incluyen materiales especiales (fragmentos de rocas, minerales, perlas, hologramas, plantas…), pasando por temáticas de actualidad (Star Wars, Fórmula 1,…) y culminando con monedas en relieve de oro y plata en las que, por medio de articulaciones, se pueden realzar y levantar partes de las mismas.


Vamos, un mundo de monedas en los que uno se puede sumergir –aunque sea de manera virtual por Internet- y alucinar con la belleza de esas pequeñas obras que llamamos monedas.


¡Ah! y ya he conseguido la moneda de 2 euros sobre Altamira que me faltaba. Ahora a por la del Acueducto de Segovia del 2016.
 


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